¿Vale la pena considerar la doble materialidad?

Por Martha Elizalde Durán, académica de la Facultad de Responsabilidad Social de la Universidad Anáhuac México

En los últimos dos años ha quedado patente que los aspectos ambientales, sociales y de gobernanza -en sus siglas ASG o ESG- ya no son algo voluntario. La sostenibilidad está muy presente en la agenda de las empresas y en México empieza a estarlo también en la pública.
La materialidad es un método que sirve para identificar y priorizar los problemas más importantes para una organización y sus diferentes stakeholders (grupos de interés). Se refiere a todo lo que tiene un impacto directo o indirecto para crear, preservar o debilitar el valor económico, ambiental y social dentro de las empresas.

Martha Elizalde
Imagen: cortesía de la autora

Cuando una empresa realiza esta metodología o la incluye como punto de partida en sus informes de sustentabilidad, se establecen indicadores que ayudan a hacer una correcta medición sobre la gestión y el desempeño en estos temas. 

Ahora, en los últimos años se empieza ya a hablar, informar y discutir sobre la doble materialidad, se observa la sostenibilidad desde dos puntos de vista: cómo un tema impacta significativamente (de manera positiva o negativa) en la creación de valor de una empresa y por otro lado cómo la empresa impacta a las personas, la economía y el medio ambiente. 

Su objetivo es determinar qué temas o subtemas de sostenibilidad son relevantes para la empresa y por lo tanto es necesario definir una información adecuada sobre los mismos. Un asunto puede ser relevante desde el punto de vista de impacto, financiero o desde ambas perspectivas.

En los últimos años se han discutido y desarrollado varios conceptos de materialidad en los informes de sostenibilidad. En estas discusiones, los temas a menudo se priorizaron en función de la intensidad de su impacto en el medio ambiente, la sociedad y la economía, así como de las expectativas e intereses de las partes interesadas.
El principio de doble materialidad representa un cambio en la práctica de presentación de informes, ya que, como se mencionó, orienta a las empresas a considerar la materialidad de los aspectos de sostenibilidad desde estas dos perspectivas: la perspectiva Inside-Out (Materialidad de Impacto) y la perspectiva Outside-In (Materialidad Financiera).

Como ejemplo: una empresa podría tener un impacto positivo en las personas al proporcionar empleos bien remunerados y contribuir al desarrollo económico de las comunidades en las que opera y también podría tener un impacto negativo en las personas a través de violaciones de los derechos humanos o de las políticas y prácticas laborales. También existen riesgos y oportunidades para las empresas debido a temas como filtraciones de datos de clientes o nuevas líneas de negocio en materia prima y productos de origen sostenible. 

La doble materialidad tiene como objetivo proporcionar información más completa sobre los riesgos y oportunidades ESG de una empresa. 

GRI (Global Reporting Initiative) pide a las empresas que consideren los impactos de un tema en el negocio junto con los impactos en la economía, el medio ambiente y las personas. 

Abordar la materialidad a través de la lente de la doble materialidad permite evaluar los temas ambientales, sociales y de gobernanza de manera más integral, considerando el impacto y riesgo que los problemas tienen en la empresa y el impacto y riesgo que la empresa que tiene en los problemas internos y externos. 

Este tema aún dará mucho de qué hablar, porque hacer o no hacer una doble materialidad puede tener un riesgo reputacional, independiente de la operación de la gestión de la empresa. Lo que si es que poco a poco no serán solamente los índices certificadores los que la soliciten, sino la sociedad en general.

martha.elizalded@anahuac.mx
 

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Revista NEO 296

 


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