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Los aranceles y la oportunidad desaprovechada

Los aranceles y la oportunidad desaprovechada

Pablo A. Ruz Salmones CEO, X eleva Group


Aranceles y más aranceles. Menos crecimiento y más incertidumbre. Sin duda alguna, una magnífica encrucijada económica para México en el siglo XXI. Pero mientras el país se debate entre estas amenazas comerciales que hacen que tengamos la Espada de Damocles pendiendo sobre nuestras cabezas, por lo menos hasta la renegociación del T-MEC, hay una pregunta que urge responder: ¿por qué seguimos anclados a un modelo que el mundo está dejando atrás? 

Cortesía
Pablo Ruz

Durante décadas, México ha sido sinónimo de manufactura. Somos la fábrica de automóviles, electrodomésticos y productos que día a día atraviesan la frontera con nuestro vecino del Norte. Y es algo que, sin duda alguna, merece el sentimiento de orgullo que generalmente viene acompañado de cada declaración que se hace al respecto.

Pero en la era de la Inteligencia Artificial, la Ciberseguridad y los servicios globales, nuestra insistencia en mirar únicamente ese modelo industrial podría ser el mayor riesgo económico que enfrentamos.

El sector servicios y la oportunidad ignorada

La incapacidad para capitalizar esta demanda global de servicios tecnológicos no es únicamente un desacierto: es una omisión estratégica. Muchos de los empresarios que se desempeñan en este sector y con quienes platico con frecuencia, expresan las mismas preocupaciones.

Por ejemplo, según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, el crecimiento basado en manufactura declina, mientras el de servicios está en pleno auge. Y aunque las economías en desarrollo aportan el 44% de las exportaciones de mercancías, en servicios apenas alcanzan el 30%. La disyuntiva es clara: ¿seguiremos nadando contra corriente?

“No me den, pónganme donde hay”

Este dicho, que en varias de nuestras conversaciones me repitió Silvia Galván (QEPD) me parece especialmente relevante en estas circunstancias. El dicho por supuesto implica que el éxito está en ubicarse en donde crece la oportunidad. Claro que asume también algo que a algunos nos parece una obviedad, pero que no a todos les puede parecer así: hay que trabajar estratégicamente para aprovechar esa oportunidad. Déjenme decirlo de esta manera: de nada serviría estar sentado en el mismo cuarto que Jeff Bezos: hay que levantarse a saludarlo y tener una conversación que sea de interés para él.

Y parece que en México estamos fallando en hacer justamente eso. Estamos en el mismo cuarto, a un lado de la nación que ha liderado el sector servicios durante muchos años, y no hemos tomado esa oportunidad.

Por supuesto que la manufactura seguirá siendo un pilar económico fundamental; no pretendo sugerir que dejemos de producir todo lo que actualmente fabricamos o que la descuidemos. Pero si como país seguimos ignorando el potencial del sector servicios, estaremos desaprovechando la oportunidad más grande del momento.    

Un plan conjunto

Impulsar esta transición no es responsabilidad exclusiva del gobierno: las empresas tenemos que sumarnos a ello, y también el sector académico. Hay ejemplos claros de éxito que podríamos estudiar y adaptar, como el caso de India, que además de ser el principal fabricante de fármacos a nivel global, también es una de las potencias tecnológicas más grandes del mundo - y no, no se trata de un tema de escala, sino de enfoque. México puede hacer lo mismo.

El mayor obstáculo: capacitación

Probablemente el mayor obstáculo para desarrollar esta economía de servicios es la formación insuficiente, tanto a nivel gobierno, como a nivel educativo y a nivel empresarial. No sólo hace falta capacitación técnica, sino también habilidades blandas fundamentales para competir globalmente y un entendimiento del panorama tecnológico global.

Resulta incomprensible que, después de 30 años de tener un tratado comercial con la economía más grande del mundo, un porcentaje tan amplio de la población aún tenga dificultades con el inglés o con el manejo de tecnologías clave. Por supuesto, esto también señala una falla en la capacitación docente, pero ese tema merece su propio espacio.

Baste ahora con señalar lo esencial: los aranceles son la amenaza visible, pero el riesgo real es seguir apostando por un modelo que ya no basta, y que claramente, aunque sea pilar estratégico, es insuficiente. Si no desarrollamos un ecosistema robusto de servicios - tecnológicos, financieros, creativos -, México quedará atrapado en la vulnerabilidad y en una visión de corto plazo que, como tantas otras, nos ha impedido el crecimiento que todos queremos.

Estamos donde hay. Aprovechémoslo.

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