Hecho en México: Aranceles, guerra comercial y oportunidades para el branding local.
Hecho en México: Aranceles, guerra comercial
y oportunidades para el branding local.
Por Reynier Abreu director de Estrategia de Brandsight México
Las recientes amenazas de aumentos arancelarios de parte de la administración Trump y las consecuentes tensiones comerciales globales han sumergido a consumidores y marcas en un escenario inédito. De repente, la lealtad a una marca ya no es solo una cuestión de preferencia, sino una encrucijada donde el precio choca con la confianza y el origen. ¿Vale la pena seguir pagando más por esa marca internacional que siempre ha sido sinónimo de excelencia, o es momento de voltear hacia las alternativas locales? Este dilema trasciende lo puramente funcional; se adentra en el terreno de lo emocional, donde la percepción de estatus y la identidad juegan un papel crucial.

Las preguntas clave: entre lo racional y lo emocional
Los consumidores se enfrentan hoy a interrogantes que van más allá de un simple cálculo de costos. ¿Debo seguir consumiendo esta marca a pesar de su coste elevado? Aquí la lealtad se mide contra la realidad de un bolsillo ajustado. ¿Qué criterios deben pesar más: calidad, experiencia o precio? Mientras algunos priorizarán la durabilidad y el servicio, otros buscarán el ahorro.
Y, quizás la pregunta más cargada emocionalmente: ¿marcas nacionales o importadas? Se activa un sentido de apoyo a la industria local, contrastado con el prestigio (y ahora la incertidumbre) de las marcas extranjeras. La decisión final, entonces, no solo se basará en especificaciones técnicas, sino en sentimientos arraigados de identidad, confianza e incluso la percepción de estatus.
La respuesta de las marcas: ¿adaptarse o resistir?
Para las empresas, este contexto representa una oportunidad clave para reforzar, o lamentablemente perder, su conexión con los clientes. La pregunta que deben hacerse es: ¿seguirán comunicando sus valores y posicionamientos tradicionales sin abordar las dudas actuales de los consumidores, o anticiparán sus preocupaciones, ofreciendo transparencia y soluciones antes de que el mercado las exija?
Aquellas marcas que entiendan que el desafío no es meramente comercial, sino profundamente emocional, serán las que logren construir relaciones más sólidas, duraderas y creíbles.
Las que escuchen activamente a sus clientes y adapten su mensaje, sin perder su autenticidad, se posicionarán varios pasos adelante en un mercado cada vez más competitivo e incierto. El futuro del branding no solo se definirá por aranceles y políticas, sino por la capacidad de las marcas para conectar genuinamente con lo que realmente importa: las personas detrás de cada decisión de compra.
La tensión comercial con EE. UU. ofrece a México una oportunidad estratégica: impulsar la inversión y el desarrollo de marcas "Hecho en México". Esta iniciativa, similar a las adoptadas por naciones como Canadá y Noruega, fortalecerá nuestra economía al reducir la dependencia externa y fomentar el consumo local. Es el momento de apostar por lo nuestro.