Talento y cultura, tus diferenciadores
La publicidad digital absorbe más del 57% del gasto en medios, el verdadero diferencial no está en el stack tecnológico ni en la pauta más creativa, sino en lo que ocurre puertas adentro.
En México, donde la presión por captar la atención del consumidor se resuelve en milisegundos, muchas direcciones de marketing siguen ignorando un elemento crítico para la rentabilidad y la coherencia de marca: la experiencia del colaborador (Employee Experience, EX).
De acuerdo con el estudio Marketing Strategy & Media Investment, la pauta digital ya concentra el 57% del gasto en medios. Sin embargo, la narrativa externa –por más pulida que sea– no puede compensar una experiencia interna fracturada. Las cifras lo demuestran: una metaevaluación de Gallup sobre más de 180 mil unidades de negocio concluye que los equipos con mayor compromiso interno logran 12% mejores calificaciones de clientes y 16% más rentabilidad que aquellos con bajo engagement.
EX + CX = ventaja competitiva real
El vínculo entre Employee Experience (EX) y Customer Experience (CX) no es una tendencia blanda: es una palanca estratégica de diferenciación y crecimiento sostenible.
A nivel global, el compromiso laboral ronda apenas el 21%, lo que representa pérdidas millonarias en productividad. Por el contrario, las organizaciones que invierten sistemáticamente en cultura organizacional y experiencia del colaborador reportan mejores métricas de satisfacción de cliente, lealtad y crecimiento de ingresos.
“Una estrategia de marca que ignora la experiencia interna es, en el mejor de los casos, una promesa frágil”, asegura Estrella Vázquez, CEO de Time2Grow, firma mexicana especializada en cultura organizacional y HR Tech. Tambien adviertó que muchas empresas siguen abordando el EX como una colección de iniciativas aisladas: eventos, beneficios, wellness. Mientras tanto, marketing opera con precisión quirúrgica en segmentación, customer journeys y métricas.
¿Qué pasaría si esa misma lógica se aplicara al viaje del colaborador?
Cuando la experiencia interna se diseña con la misma rigurosidad que la externa, se reduce la fricción en los puntos de contacto, se refuerza la coherencia entre lo que se promete y lo que se entrega, y se construye una confianza auténtica en la marca.
Estudios de IBM y Globoforce respaldan esta visión: una buena experiencia del colaborador se correlaciona con mayor disposición a ir más allá, menor rotación y mejores resultados de negocio.
La nueva frontera del branding está en la cultura
Talento y cultura son los únicos diferenciadores imposibles de copiar. Mediante soluciones tecnológicas que alinean reclutamiento, desarrollo y desempeño con la narrativa de marca, la firma busca sincronizar cada etapa del viaje del colaborador con la estrategia comunicacional hacia el mercado.
“Las marcas que ya están un paso adelante entendieron que Employee Experience y Brand Experience son dos caras de la misma moneda”, concluye Vázquez. “La verdadera diferenciación ocurre en lo que el cliente vive, no solo en lo que ve en pantalla”.
