Pasar al contenido principal

El ocaso de los influencers artificiales: cuando la tecnología choca con la autenticidad

influencer marketing, IA en publicidad, virtual influencers, autenticidad de marca, confianza del consumidor, Collabstr 2025, Dove Real Beauty, Vogue Guess AI, AI slop, marketing 2025

Los influencers creados por inteligencia artificial prometían revolucionar el marketing digital. Contratos más baratos, disponibilidad 24/7, cero escándalos personales y una imagen perfecta que se ajusta a cualquier marca. Sonaba demasiado bien para ser real. Y efectivamente, no lo era.

La caída del 30%

Las colaboraciones entre marcas e influencers de IA cayeron alrededor del 30% durante los primeros ocho meses de 2025, según datos de Collabstr, una plataforma especializada en marketing de influencers. No fue solo desinterés: fue bajo rendimiento. El contenido generado por IA simplemente no logra el mismo engagement que un humano real frente a la cámara.

Marcas de moda como Guess enfrentaron críticas masivas tras usar modelos generadas por IA en campañas para Vogue. Dove, por su parte, prometió públicamente nunca recurrir a estas tecnologías. El mensaje del mercado es claro: los consumidores no quieren reemplazos digitales.

El problema de fondo: la confianza

En un contexto donde la confianza en gobiernos, medios y empresas está por los suelos, agregar personas inexistentes a la ecuación solo complica las cosas. El 92% de los consumidores confía más en individuos reales, incluso desconocidos, que en contenido de marca.

Aquí está el dilema: un influencer de IA no puede contar experiencias auténticas con un producto porque nunca las ha vivido. No puede mostrar su vida cotidiana entre publicaciones patrocinadas. No puede construir ese vínculo genuino que hace que alguien confíe en una recomendación.

Plataformas como Skokka Mx y otros espacios digitales han demostrado que la conexión directa y personalizada con usuarios reales sigue siendo fundamental, incluso en industrias donde la tecnología avanza rápidamente. La lección es simple: la automatización tiene límites cuando se trata de construir relaciones.

Más allá del hype tecnológico

Después del boom inicial, la industria está recalibrando sus expectativas. Los influencers virtuales como Lil Miquela siguen teniendo contratos millonarios, pero representan casos excepcionales. La mayoría de los experimentos con IA han resultado en lo que ahora se llama "AI slop": contenido que se siente genérico, forzado, desechable.

Las marcas siguen interesadas en usar IA, pero de manera diferente. La están aplicando para mejorar contenido ya filmado, hacer ajustes rápidos o crear variaciones de campañas existentes. El 79% de los mercadólogos planea aumentar inversión en contenido generado con ayuda de IA, pero no necesariamente en influencers completamente artificiales.

El branding auténtico sobrevive

Lo que está quedando claro es que el branding efectivo sigue necesitando humanidad. Las audiencias, especialmente las jóvenes, pueden detectar cuando algo no es genuino. Y en un mundo saturado de contenido, la autenticidad se ha convertido en el bien más escaso.

Los influencers de IA pueden mejorar técnicamente con herramientas como Sora 2, volviéndose casi indistinguibles de personas reales. Pero eso no resuelve el problema central: nadie confía en algo que sabe que no existe.

Version Digital NEO